martes, 25 de enero de 2011

¡Bang!

- ¿Sabes qué?
- No. ¿Cómo coño lo voy a saber?

- ...esto, ¿Qué te iba a decir?
- ¡Y yo qué cojones sé!
- Di, Di...¡Dilo!

(¿Para qué me preguntas si puedes preguntarme algo? ¿Acaso esa es la pregunta? ¿ Es una pregunta escudo?)

- ¿Puedo hacerte una pregunta?
- No.
- Gilipollas. Pues ya no te lo digo.
- Vale. Mañana ojéate las esquelas del periódico. Esta tarde voy a enviar una explicando los motivos de mi marcha. Yo, así, ya no puedo vivir. ¡¿ Por qué no lo preguntaste directamente?! Adiós...

(¡Mierda, no! Mañana había quedado...joder. Esto es una mierda. Voy a tomar un café).

- Pero, ¿Por qué lo haces?
- Es que yo soy así. Lo siento.

(Nos ha jodido. Es que es así... ¡Pues no seas así capullo!)

- Pues mira, yo es que soy un puto loco asesino... ¡Bang!
- .............................

- Urgencias, buenas tardes...
(no sé cómo responden, ¿eh? Nunca he llamado. Y, en tal caso, creo que llamaría antes a mi madre y le diría:

- Llama a urgencias
- ¿Por qué? ...¿Qué ha pasado algo?
- Sí. Llama.
- Pero el que...dime...dónde estas...
- Tú, llama.
- ¿Pero estas bien?
- ¡Qué sí! Pero llama a urgencias, joder.
)

En fin, - Urgencias, buenas tardes...

- ¡Buenas tardes para usted! A mi me acaban de hacer ¡Bang!
- De acuerdo, señor. Tranquilícese...
- ¡No! ¡Yo soy así!
- piii....piii....piii

... mierda...por qué soy así...Aquí me quedo...sin enviar la esquela, joder...De mal en peor. ¡Ay!...cuánta sangre...mierda...¿qué hora es? Bueno, todavía es pronto...

lunes, 24 de enero de 2011

En número y letra

25 años. 300 meses. 9.125 días. 216.000 horas, y lo que se ha perdido en el recuento.

5.110 cafés -algunos de un sorbo; otros con tranquilidad-. Más cervezas. 7 viajes internacionales. Algún libro leído, varios empezados. 17 años estudiando, 7 trabajando. Decenas de pares de calzado usados y gastados. Más calcetines - muchos no los he vuelto a ver-.

Miles de horas frente al televisor, en cines, en bares - con cafés y más cervezas-. Hablando, escuchando. Muchos consejos recibidos. Algunos buenos. Otros olvidados - como tantas veces las llaves en casa-, y otros pocos, dados.

Sonrisas, risas, carcajadas. Llantos - ruidosos y en silencio -. Olores, sabores y experiencias. Problemas graves. Problemas estúpidos. Problemas solucionados. Problemas...olvidados.

Letras de canciones leídas, escuchadas. Letras cantadas, inventadas. Letras vividas, emocionadas. Artículos leídos, comentados. Releídos, recomendados. Ideas pensadas. Algunas escritas, otras, ahí están.

Calles andadas. Pasos de cebra cruzados furtivamente. La cebra imaginada con zeta. Palomas insultadas. Observadas con asco. Arcadas de pensamientos, comentarios. Zebras.

Desconocidos del barrio saludados por la calle. Vecinos que nunca conocerás y, ni mucho menos, saludarás. Noticias de sociedad, economía, deportes. Algún crucigrama. Muchos autodefinidos. Libros cuyo contenido he exprimido. Porque me interesa.

Miles de conversaciones oídas, contrastadas. Divulgadas. Puntos seguidos, puntos y a parte, separados por una coma. Un etcétera que sirve de mucho. Etcétera.

Y un objetivo común en todo lo dicho, enumerado y descrito; algo propio de nuestra naturaleza humana: aprender, saber más, vivir mejor, sobrevivir. Adaptarse.

Y, luego, no se me ocurre nada más que un "te quiero".

jueves, 20 de enero de 2011

¡Buah...!

- Hola

- Hola

- Encantado

- Igualmente

...

A los pocos días éramos amigos en Facebook. Así empezó lo que no quiero que termine. Y...eso.

Solemos utilizar las mismas palabras, adjetivos y expresiones cuando algo nos parece bueno, muy bueno, nos gusta, encanta* y un etcétera del mismo estilo.

Sin embargo, cuando hay algo que sobrepasa todo eso, cuando algo está por encima de todo lo que nos parece bueno, muy bueno, nos gusta, encanta*, con el mismo etcétera, cuando todo esto lo vemos minúsculo, recurrimos a onomatopeyas. A esos monosílabos - una sílaba y varios significados para el contexto adecuado-

(en un restaurante)

-¿Has probado esto? Está bueno, ¿eh?

- ¡Buah...!

(En la cola del Fnac para comprar las entradas de ese concierto tan esperado)

- No...¿qué?...Dicen que ya no quedan entradas...

- ¡Buah...!

Para casi todo aquello que merece una descripción, una razón o un porqué a la altura, volvemos a lo más primitivo del lenguaje. No tenemos palabras. No encontramos nada mejor...

Y es que a veces ni siquiera sabemos el porqué...

- ¿Por qué? ¿Qué es lo que...?

- mmm...pues....no sé...Nada en particular. Y todo en concreto. ¡Buah! es que es...

Nos parece tan obvio, que nuestro buscador mental de palabras, adjetivos y expresiones se bloquea con la petición.

-¿Pero qué...
(se me ha terminado el bolígrafo. Vuelvo a escribir con el plateado por fuera, de tinta negra en su interior, aunque sea de esos que parecen azules. Pero ahora ya lo sé. Antes, cuando he empezado, he cogido uno de esos rojo por fuera con la tinta del mismo color. No tienen confusión. En fin, volvemos al buscador mental de palabras, adjetivos y expresiones)

- ¿Pero qué quiere que le diga? - comenta el buscador mental con su equipo

- Pues algo que lo borde. ¡Que se quede sin palabras la otra persona...! (el equipo participa con entusiasmo, no podemos dudarlo)

- ¿Pero para qué? Si es que ya se ve. Es obvio.- afirma con asombro el buscador mental -. Bueno, enviarle un "¡Buah...!" que siempre se entiende y no queda mal.


Ahora, ¿Cómo es tu "¡Buah...!"?


sábado, 15 de enero de 2011

Marrón enfadado

Hoy... es viernes 14 de Enero.

Con un bolígrafo plateado por fuera, de tinta negra en su interior, aunque sea de esos que parecen azules, empiezo.

Hoy es un buen día para escribir. ¿Sobre qué? Cualquier cosa que se pueda leer. Algo que no sea aburrido. Algo que necesite de buena mañana. El café me sirve. En mi caso, solo, largo y en vaso de cristal. Así, me parece más bebible, puedo ver su color marrón enfadado, casi negro, y empuñar mejor el vaso para asegurar cada sorbo.

Café, que gustas a tantos, con tantas variedades, maneras de servir, infinitos gustos para tomarte, te quiero *.

(algunos minutos después...)

En fin, con alguna interrupción he perdido la concentración. Concentración focalizada en el café, y no para pensar una campaña publicitaria de alguna marca conocida - de café- , claro, sino para escribir algo. Algo que no sea aburrido. Algo que sea como el café. La música me sirve. Una canción por la mañana, bien escogida, te puede animar, despertar y como el café sentar. Pero escribir sobre la música sin música no me parece bien y, a veces, lo que suena en la radio no es música, es ...algo. Algo parecido a lo que estoy escribiendo ahora.

Recomendar es oportuno cuando sabes que lo recomendado es mejor. Os voy a recomendar dos blogs por si queréis cambiar, como en la radio cambias de emisora: galletademantequilla.blogspot.com y cineimperfecto.blogspot.com. En el contexto adecuado, os recomendaré un tercero.

(después de leer lo escrito...)

Escribir sobre algo, joder...Pero no sobre esta mierda - salvando el café, el te quiero * y las recomendaciones -. Aunque con los pocos seguidores y lectores que tengo...

Ahora podéis pensar: "pero hay que escribir para uno mismo"

y yo os digo: "la mierda propia siempre huele bien para uno mismo"

(en resumen....)

Empiezo por el café y desemboco en la mierda. Al menos, se parecen en el color, ese marrón enfadado, o, más bien, decepcionado, como puede que estés ahora leyendo esto, pensando:

"Esto es una mierda, voy a tomar un café"

En mi caso, solo, largo y en vaso de cristal.