miércoles, 23 de noviembre de 2011

A mis orígenes

Me detengo para escribir. Vuelvo a mis orígenes. A la inseguridad,
incertidumbre y a las ganas de llorar. Pero prefiero la cerveza al
pañuelo.

Vuelvo a escribir por escribir sin saber qué escribir pero escribiendo
todo aquello que entona mi diestra (no la de José Tomás).

Dejar escrito algo que no sabía que escribiría cuando me he planteado
escribir lo presente. Escribir por escribir.

Escupir mis sentimientos disfrazados, disimulados
y acojonados dentro de mí. Pretender mostrar mi debilidad sin que me
den caza los lobos. Pero ir al grano, como los lobos: sobrevivir.

Protagonizar mi vida y dejar de criticar como un espectador.

Llegar, entrar y sentarme en este blog como en la barra de un bar.
Leer este post como tomar una cerveza.


Te tomas tu tiempo, lees, la miras, interpretas aquello que te
sugiere, le das un trago, tragas la satisfacción, te relajas...calma...
lees entre líneas, todo toma la perspectiva adecuada, en el contexto
adecuado. Y todo lo demás, queda fuera de entre tu cerveza y tú; tú y
tú.

Vuelvo a mis orígenes. A la soledad que no me molesta. Mi soledad.
Escribir por escribir, "tipico" dicen. Pero, algunas veces, no lo es.
Escribo sin ninguna pretensión. Ni siquiera quiero-espero, si hay
alguien ahí, si tú estas leyendo esto, que sigas leyendo. No. 
Lo escribo para llegar, entrar y sentarme en este blog como en la barrade un bar.
Leer este post como tomar una cerveza. Esto es para mí. 


¿Y por qué lo publico? Lo publico porque ésta es la barra del bar donde
yo me bebo lo que me sirvo.

¡Y de repente todo cambia! Como suele ocurrir, cuando pienso un
nombre. ¿Qué nombre? Ese que nunca pronuncio, porque siempre te llamo
"cariño".

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