lunes, 7 de marzo de 2011

En mi silla: 1x1

La "señora mayor del cortado que viene siempre" ya no viene.

- Hola
- Hola "maco"
- No ha llegado, todavía...
- ¿Quién?
- Su amiga. La señora con la que toma algo y charla habitualmente...
- (...) Falleció.

(Nos miramos)

- Lo siento -frío y áspero-

(Me dedica una sonrisa que dice: tranquilo, qué vas a decir...

- Y... -pregunto, así, la causa-
- Un ataque - señalando, con un movimiento que tartamudea, su propio corazón.

(Asiento en silencio)

- Aquí tiene... -su zumo de melocotón, insípido de compañía-.

Así me enteré. Así resolví mis dudas. Hacía unos días que de cortesía con el cortado le servía una galleta con sabor a canela -napolitana-, que suele acompañar el café sea para quien sea. Había dejado de regalarle -a modo particular- un mini croissant que el resto de personas deben pagar. Por añadidura, el último día estuve especialmente seco. Es cierto que había mucha gente, pero tampoco seguí con entuasiasmo la breve conversación -cortesía por su parte- que me ofreció.

Que en paz descanse, pues ya ningún café va a hacer que despierte.

Al fin al del día ha venido E - así la vamos a conocer aquí- con su perrito, de once años, acomodado sobre su brazo. Su marido es extranjero. Jubilado y afincado aquí. Siempre se queda fuera y entra E sóla...

4 comentarios:

  1. Le pongo vida por la crudeza con la que escribe sin dejar nunca los suaves matices de la sonrisa. Mis felicitaciones. Me ha sorprendido gratamente.

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  2. Me halaga gratamente que te haya sorprendido. Pero, al mismo tiempo, me dejas en duda al no haberte sorprendido con anterioridad, si la sorpresa, aquí, es sinónimo de bueno. ;)

    Nos vemos en algún bar

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  3. Me ha gustado la crudeza del relato. El diálogo de frases cortas da mucha fuerza.

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